Almas, corazones y la vida en Fernando Pessoa

Souls, hearts, and life in Fernando Pessoa

Analizamos varios fragmentos de la antología poética del portugués Fernando Pessoa (1888-1935). En ellos se debaten temas tan simples, pero a la vez tan complejos, como la vida y la muerte. La obra que comentamos es su antología poética que se recoge en el libro El poeta es un fingidor de la Editorial Austral.

2
Absorto e incierto
y sin conocer,
floto en el mar muerto
de mi propio ser.

Un alma que flota en un mar como un náufrago que va a la deriva. Ambos atónitos e inseguros, no saben qué hacer pues el primero flota en un ser muerto y el segundo en un mar muerto. El motivo por el que se mantienen a flote, ni ellos mismos lo conocen.

10
Hoy, en este ocio incierto
sin placer ni razón,
como un túmulo abierto
cierro mi corazón.

En la inútil conciencia
de que todo es en vano,
lo cierro a la violencia
de este mundo inhumano.

El corazón se cierra al mundo, pues es inhumano; es inhumano, pues está lleno de violencia. Crítica a la violencia de la vida mientras se está asueto; asueto en algo que no merece la pena al igual que todo en la vida.

12
El sueño no ha llegado esta noche. Y ahora
raya de lo profundo
del horizonte, fría, cubierta, la mañana.
¿Qué hago yo en este mundo?
Nada que el sueño calme o levante la aurora,
hacienda seria o vana.

Un ser que contempla el amanecer ve como un nuevo día comienza. No obstante, ese ser ha pasado la noche en vigilia. Mientras observa el horizonte se pregunta por el motivo de su existencia y se responde que no es nada más que otra cosa que el sueño calme o que haga a la aurora elevarse.

16
Sé que no veo nada,
si no es el corazón.

Ciego me encuentro y nada soy capaz de ver, nada a no ser que se trate del corazón. En ese caso veo y miro, contemplo y observo, me fijo y analizo, disfruto y siento, el corazón.

22
Ah, dejadme sosegar.
No otro yo me sueñen otros.
Si no me quiero encontrar,
¿querré que me halléis vosotros?

Un símil muy usado por los seres humanos a lo largo de la vida. Déjenme en paz, pues por qué iba a querer que me encuentren otros si yo no quiero encontrarme a mí mismo.

33
Leve son de aguas golosas
–lentas– de la orilla ida,
¡qué memorias soporosas
de esperanzas nebulosas!
¡Qué sueño el sueño y la vida!

La orilla se lleva las memorias llenas de esperanzas de sueño y vida. El agua atrapa y recoge en sus orillas los sueños de los que han vivido y se lleva las memorias de aquellas esperanzas que un día se guardaron.

38
Parece que el alma tiene
tiniebla en la que crecer;
una locura que viene
de desear comprender.

El alma es deseosa de sabiduría, por eso cae en las tentaciones y retiene tiniebla. Pero debe crecer en esas tinieblas pues es el precio que ha de pagar por el conocimiento.

46
Mas no; ya sea la selva oscura
o sea un Dante más diverso,
el alma es literatura
y todo acaba en nada y verso.

El alma es literatura, y cuando acaba se esfuma pero la palabra queda presente eternamente.

55
Tenemos, quienes vivimos,
una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que está dividida
entre la cierta y la errada.

Entre la vida que vivimos y la vida que pensamos vivir se encuentra aquella en la que existimos, a modo de puente entre la vida correcta y la vida errónea.

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